"Beauty and the Beast" es un parteaguas en el teatro musical del mundo, y no tiene que ver nada con su música o sus canciones (ni siquiera con ser la primera obra inspirada en una caricatura).
En los años setentas, ochentas y buena parte de los noventas deambular por Manhattan y salir a las diez de la noche de un espectáculo era un asunto temerario. La enignmática calle cuarenta y dos y todos los alrededores de Broadway y el Times Square, eran sumamente peligrosos: prostitución, bandas, drogas... "You name it".
La Disney acordó invertir en Manhattan siempre y cuando la ciudad hiciera un esfuerzo por limpiar las calles. Afortunadamente se implementó la ley de "Tolerancia Cero" y hoy el Distrito de Teatros en Nueva York es seguramente una de las zonas más seguras del mundo -aunque todavía te toma de una hora a dos encontrar un taxi disponible, no se puede todo en la vida).
La primera inversión teatral de la Disney fue "Beauty and the Beast" con música de Alan Menken y letas de Howard Ashman y Tim Rice. Menken y Ashman escribieron juntos "Little Shop of Horrors" y Rice es el conocido compañero de Lloyd Webber en las famosas óperas rock de la primera etapa del escritor inglés.
El libreto fue muy aplaudido en su momento y estuvo escrito por Linda Woolverton quien cambió detalles con mucho acierto: los personajes no están completamente transformados en objetos sino que poco a poco se van transformando conforme la rosa que está en el ala oeste del castillo se va deshojando.
Hoy la temporada en Broadway ya terminó, pero ofreció 5,464 presentaciones en Nueva York y actualmente ocupa el lugar de la sexta temporada más larga en Manhatan(En México incluso tuvo dos temporadas.
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