lunes, 29 de junio de 2009

1983: CATS



Con el paso de los años "CATS" se vuelve una obra cada vez más controvertida: porque no tiene un argumento para ser considerada una obra de teatro, porque tiene demasiados efectos especiales que la hacen más un espectáculo que una "obra musical"; por otro lado el grado de perfección que exige para sus interpretes en las disciplinas de canto, baile y actuación la defienden como una propuesta "teatral".

Hay autores norteamericanos que hablan de la era de Lloyd Webber con desprecio, culpándolo por vaciar de contenido el teatro musical durante la década de los 80's.

Lo cierto es que en su momento fue un fenómeno digno de considerarse; con la sala llena o a la mitad "Cats" fue durante aproximadamente un lustro el musical con la temporada más larga en Broadway, después entregó esta estafeta a otra superproducción inglesa: "El Fantasma de la Ópera".

"Cats" no es, de entrada, un musical de una sola estrella, me parece que es un producto en donde todos los elementos están acomodados con perfección y cada uno de ellos aporta lo que sabe hacer:

Lloyd Webber, un destacado músico y un visionario hombre de teatro involucra a Cameron Makintosh (el productor de teatro más importante del siglo XX) en la producción de un musical inspirado en poemas de T.S. Eliot (un importante e influyente hombre de letras en Inglaterra).

Sería un error considerar que la mejor obra de T.S. Eliot se llama "Cats", si el lector está interesado en conocer más sobre él le recomiendo la lectura de "Asesinato en la Catedral".



La dirección de la obra corrió a cargo de Trevor Nunn quien con los años sería también uno de los directores más importantes del teatro comercial; el diseño de escenografía (un espectacular basurero que se extiende hasta la última butaca del teatro y lleno de pasajes secretos por los que los gatos entran y salen a interactuar con el público) fueron diseñados por John Napier, quien también se haría famoso en los ochentas por este diseño, el de "Los Miserables" y "Expreso Astral".

El personaje más famoso del musical -que no sabría si considerarlo el protagónico o no- se llama Grizabella y es una gata que ha envejecido y ha perdido el glamour y la belleza que un tiempo atrás le provocó discordias con los otros gatos.

En un inicio Judi Dench ("M" de los últimos James Bond) estaba considerada para interpretar ese papel pero se reventó un tendón y tuvo que ser sustiuida por Elaine Paige a quien Lloyd Webber había provado años antes con "Evita".

Paige debe ser hoy la mujer más agradecida por este incidente pues ella y la interprete del mismo personaje en Estados Unidos, Betty Buckley se hicieron famosas por sus respectivas versiones de "Memories".

Cats los hizo famosos, ricos y muy influyentes a todos los anteriormente mencionados (incluyendo al buen T.S. Eliot que seguramente nunca imaginó que su librito sobre gatos sería en el futuro un sofisticado musical).

"Cats" duró 21 años en Londres y 18 en Broadway, actualmente hay una compañía que realiza giras en los Estados Unidos; e innumerables compañías de preparatoria y de teatro de aficionados la representan en sus lugares de origen, con el tiempo se verá si este musical permanece en el gusto de los amantes de los musicales como "JesusChrist Superstar" o se convierte en una referencia sobre el teatro de los 80 y la influencia de las superproducciones inglesas.

Lo cierto es que ni las giras, ni las funciones amateur y escolares cuentan con todos los recursos y toda la mágia que significaba en su momento ver el Winter Garden Theater de Nueva York convertido en su totalidad en el mágico basurero de los gatos jelicos.

En México tuve la oportunidad de ver "Cats" en el Teatro Silvia Pinal, he escuchado muchas versiones de "Memories", pero ninguna como mi primera vez, interpretada por María del Sol, una voz que se extraña en el teatro musical de mi país:

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