lunes, 11 de octubre de 2010

70: Todo el mundo tiene derecho a ser feliz

John Wilkes Booth asesinó el 14 de abril de 1865 al presidente Abraham Lincoln en el teatro Ford de Washington. Junto a un grupo de conspiradores confederados Booth planeó el asesinato de Lincoln, de su vice presidente, Andrew Johnson, y de su secretario de estado, William Seward.

Cuatro días después de que el ejército de Virginia del Norte se rindiera, Booth tenía aún la convicción de que la causa Confederada no estaba perdida por completo pues el General Confederado Joseph E. Johnston continuaba activo. Seward fue herido pero logró recuperarse y Lincoln murió a la mañana siguiente de recibir un balazo que se albergó en la parte de atrás de su cabeza.

Booth salió corriendo del teatro y logró llegar a caballo hasta una granja al norte de Virginia, en donde fue alcanzado por los Soldados unionistas y fusilado doce días después. Ocho de sus complices fueron encarcelados y cuatro de ellos ahorcados a los pocos días.

Booth fue hijo de un popular interprete de teatro Shakespeariano en Estados Unido, Junius Brutus Booth.

A finales de los ochenta, Stephen Sondheim leyó el script de una revista musical que simbolizara un carnaval en donde se reunían todos los asesinos de expresidentes norteamericanos.

Sondheim pidió permiso a Gilbert para utilizar la idea y Gilbert aceptó ofreciendo incluso ayuda para escribir el libreto. Pero Sondheim declinó pues prefería trabajar con John Weidman con quien había trabajado en Pacific Overtures.




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